Hola! Hoy sí que sí, hoy empezamos con la chicha de esta nueva sección que te presenté hace unas semanas: Craft with the Flow. Por si no sabes de lo que te hablo, te dejo aquí el link al post del que te estoy hablando.
Si prefieres leer, continúa haciéndolo 😉 y, si prefieres escuchar el audio de este post sólo tienes que darle al play aquí abajo.
Como te contaba en ese post, en esta sección, voy a compartir contigo situaciones, experiencias y actividades del día a día que, a mí, me ayudan a conectar con ese estado de Flow y que me ayudan a expandir mi creatividad.
No están especialmente relacionadas con el craft pero son el complemento perfecto a nuestro momento de Craft Terapia. Son potenciadoras de la calma y la creatividad y, para mí, no son sólo beneficiosas para generar ideas en mi trabajo si no que, además, son herramientas de bienestar que me ayudan a parar y a vivir de forma más consciente y agradecida.
Todas estas actividades que te voy a ir proponiendo tienen mucho que ver con mi forma de ver el mundo y mi forma de habitar en él, de hecho la mayoría me han acompañado desde que era pequeñita. Es curioso que en muchísimas ocasiones, esta forma de apreciar mi entorno y de actuar ha supuesto molestia para otras personas e incluso me han hecho creer que era algo negativo.
Y mira por donde, la investigación que llevo a cabo desde hace unos años acerca de lo que sucede en nuestro cerebro cuando trabajamos con nuestras manos me ha llevado, no sólo, a reconocer en mí y en mis alumnas los beneficios directos del trabajo artesanal sino que, además, me confirma que aquella niña tímida y sensible que vivía despacio, no podía estar más acertada ya que estos pequeños hábitos son realmente un regalo para el bienestar.
(No tenía a mano ninguna foto mía de peque pero sí este retrato mío con los ojos bien abiertos que pintó mi abuelo Carlos y siempre es buen momento para recordarle y recordar a esa peque)
Por todo ello, me sacudo un poco la timidez y paso a compartirte estas actividades que me han acompañado y me acompañan en ese camino al bienestar porque creo firmemente que funcionan y no quiero quedármelas sólo para mí.
Es posible que te parezcan absurdas o una pérdida de tiempo, sobre todo si tu vida va muy acelerada, pero te prometo que con la práctica notarás los beneficios, tanto a nivel creativo como de bienestar general.
Son sencillas y muy fáciles de llevar a cabo, te animo a que las descubras, las practiques y te quedes con las que te funcionen.
Este mes te comparto esta actividad que he llamado Descubriendo la Belleza
¿En qué consiste Descubriendo la Belleza?
Esta experiencia tiene que ver especialmente con la vista pero es interesante si puedes incorporar otros sentidos.
El objetivo es buscar la belleza en tu entorno, estés donde estés. Es fácil hacerlo si estamos frente al mar o rodeadas de verde en Asturias pero se trata de conseguirlo en donde te encuentres.
Tienes que observar lo que te rodea y buscar formas, colores, texturas,… que te llamen la atención, que te resulten curiosas, bellas. Puede ser la forma de un edificio, la repetición de un determinado elemento en una calle, el contraste del cielo con un árbol, los colores y formas de un arbusto, la forma de las nubes, una puerta curiosa, la ropa que lleva la gente en el metro o sus expresiones,…
Puede que te cueste ponerla en práctica al principio pero, no te preocupes, es sencilla y con la práctica es fácil integrarla en tu rutina.
A mí me sale sola todo el rato pero, claro, lo llevo haciendo toda la vida de forma inconsciente. De peque me decían que siempre estaba “mirando a las musarañas” y de mayor me dicen intensa por enamorarme con las flores y las nubes pero eso es porque no conocen la magia de observar :;
Si eres mami te la recomiendo aún más porque a los peques les encanta. Al menos a mí me ha ayudado con las mías, en momentos de espera y aburrimiento y, al igual que a nosotras, les ayuda a estimular su curiosidad y creatividad.
Paso a paso para Descubrir la Belleza
Para esta actividad no es necesario que reserves un tiempo y espacio en particular, con la costumbre te saldrá sólo e incluso buscarás ese momento para tí.
Para empezar, tu punto de partida puede ser un momento de espera, un viaje o un break en el trabajo, mejor si es un lugar al que no estás habituada.
Sea cual sea la situación, adopta una posición corporal cómoda, haz algunas respiraciones profundas si en ese momento te sientes estresada o agobiada y comienza a observar lo que tienes alrededor buscando algo significativo para tí, ya sean formas, colores, texturas,….
A cada una nos pueden llamar la atención algo diferente, yo veo belleza en las plantas y las flores, las nubes, las texturas, los edificios,…pero también me encanta observar a la gente, su forma de moverse, la ropa que lleva, su pelo, su cara,… y me imagino su historia.
La belleza es subjetiva, lo que es bello para mí no tiene por qué serlo para tí. Las imágenes que te comparto a modo de ejemplo son bellas para mí.
La belleza se define como la cualidad de una persona, animal o cosa capaz de provocar en quien los contempla o los escucha un placer sensorial, intelectual o espiritual.
La belleza te atrae, te emociona, te impacta, te sorprende,…no es simplemente algo bonito que colgar en tu pared. Desde esta premisa, busca tu belleza.
Dedícale unos minutos al día, no hacen falta muchos, lo que dure tu viaje, tu espera o tu pausa pero intenta estar concentrada y conseguir tu misión.
Si quieres, puedes dejar espacio al resto de los sentidos y la experiencia será mucho más rica: ¿Hace una ligera brisa donde estás? ¿Escuchas un sonido agradable? ¿Huele a café? ¿Sientes la textura del banco en el que estás sentada? Una vez tienes entrenada la vista, incluye otros estímulos que te agraden, serán un plus en tu viaje hacia el flow.
Actividades complementarias a Descubriendo la Belleza
Para completar esta experiencia te recomiendo algunas actividades complementarias que suelo hacer yo:
Puedes fotografiar eso que ha llamado tu atención. Jugar con el enfoque, elegir la imagen que más te guste, editarla,…van a alargar significativamente y las sensaciones placenteras que te produzca el hallazgo.
Incluso puedes imprimirlas e ir coleccionándolas en un mood board para que te acompañen en casa o el trabajo, cada vez que las veas volverás a ese momento de calma.
Si te gusta dibujar o te apetece probar, dibuja lo que ves. De nuevo supone una actividad que hace más profundo el análisis y te permite mayor concentración. Es cierto que lleva más tiempo que hacer una foto pero no es necesario que dibujes de forma realista y que busques la perfección, se trata de hacer un bosquejo libre de aquello que te ha atraído, sin juicios, sólo fluye. Si esta opción te gusta, lleva siempre una pequeña libreta y un portaminas, no sabes cuando encontrarás belleza.
En mi caso hago un mix de las dos anteriores: casi siempre hago fotos de aquello que me impacta y después, en casa, dibujo en mi Diario Creativo lo que más me apetezca. También utilizo esas fotos para desearte los buenos días en Instagram, ¿qué puede haber mejor que hacerlo con belleza?
Si te gusta escribir, también puede complementar muy bien esta actividad describiendo en tu diario creativo la escena que has vivido. Intenta reflejar con palabras todo aquello que te ha parecido bello y prolongarás y fijarás las sensaciones vividas durante más tiempo.
Espero que te guste esta actividad y te apetezca ponerla en práctica. Verás como, si la conviertes en hábito, habrá aumentado notablemente tu consciencia, tu calma y tu creatividad. Las tres van en cadena: cuando integras una, te lleva a la siguiente.
Me encantará saber si esta actividad te ha servido, puedes dejarme tus comentarios al final de este post y te leeré encantada. Te invito también a que, si te apetece, compartas tu experiencia en Instagram con el hastag #DescubriendoBellezaAlrededor y etiquetándome para que lo vea como @craft.terapia
Y tú, ¿te unes al movimiento Craft with the Flow? Te espero, un abrazo grande!
